Son tres clásicos que cuidan su patrimonio y atesoran un ambiente de una Buenos Aires antigua. En los tres el tiempo parece haberse detenido; sus mobiliarios y utensilios dan un aire muy porteño de una época lejana y con encanto. Allí se sirven picadas abundantes, un ritual que convoca amigos para degustar salames, quesos, pickles, aceitunas y bocadillos salados.
Café de García
En pleno Villa Devoto Café de García integra la selectiva lista de Bares Notables de Buenos Aires. Todos los jueves, viernes y sábado a la noche ofrece su picada especial de forma exclusiva y no se sirve otra cosa. Son 30 platos entre los que se destacan: quesos, papas fritas, aceitunas, pickles, empanaditas, albóndigas, croquetas de acelga, berenjenas, bandejas de fiambre surtido, cazuelas de calamares y buñuelos de pescado.
Bar de Cao
Bar de Cao es una esquina centenaria, fundada en 1915, que está ubicado en el barrio de Boedo. Es otro de los Bares Notables de la Ciudad. En su ambiente se observa su historia, comenzó siendo un almacén y despacho de bebidas y aún conserva ese halo con el mostrador de mármol y la vieja caja registradora. Sus picadas son famosas por su abundancia, aunque posee una estrella que sobresale del resto: la "Gran Cao". Con queso de campo, aceitunas negras y verdes, jamón crudo, palmitos, cantimpalo, sopresatta, tortilla, roquefort, leberwurst y pan casero. Con ingredientes de buena calidad, es rica, grande y se la puede acompañar con una cerveza tirada.
Café Margot
Este café fue incluido entre los notables a fines del año 2003. Además de riquísimas picadas, el espacio tiene una fuerte impronta cultural. Actualmente, funciona una peña y galería de arte. En el piso superior se encuentran el Espacio teatral Boedo XXI y la Biblioteca Lubrano Zas, de la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo. El edificio es uno de los más antiguos del barrio, y mantiene su estructura original. Es famoso por sus sandwiches de pavita. Hay gente que atraviesa barrios enteros para probarlos. Cuenta la leyenda (y una placa en el bar) que fue allí donde se inventaron, en la década del ’40. Además de picadas variadas y suculentas, también se puede comer muy buenas pastas, y otra especialidad: empanadas a la parrilla.