El Tropezón, ícono de un Buenos Aires tanguero, se inauguró en 1893 en un predio muy cercano al Congreso pero desde 1923 funcionó en el emblemático edificio de la avenida Callao con el que se lo identifica. Allí, se sirvió durante décadas su célebre Puchero de Gallina, la especialidad de la casa. El plato, el preferido...
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