Hace algún tiempo hubiese sido impensado que una propuesta gastronómica entrara en espacios religiosos y destinados a otros fines. Sin embargo hoy se puede disfrutar de al menos tres enclaves de admirable arquitectura y rodeado de verde. Auténticos oasis donde además se pueden degustar menú del mediodía, desayunos y meriendas.
El convento de San Ramón, en pleno barrio de San Nicolás y a metros del distrito financiero de Buenos Aires es un lugar escondido que sorprende y contrasta con el incesante panorama de afuera. Con dos restaurantes bajo sus galerías ofrece todos los días menú ejecutivo, platos sencillos que varían entre milanesas con papas, lomo, merluza a la romana y bondiola agridulce. Entre ambos restaurantes varía el precio y la decoración pero están conectados y los mediodiodías se colman de ejecutivos que ya descubrieron este oasis a pocos metros del trabajo.
El convento de Santa Catalina es un espacio muy similar, ubicado frente a las céntricas Galerías Pacífico, guarda su arquitectura, arboleda y ambiente pero su restaurante se ha modernizado con un toque contemporaneo y su propuesta para el mediodía es variada y casera. Los postres y pastelería por la tarde también hacen a éste un muy buen lugar de encuentro.
El monasterio de La Abadía de San Benito en Belgrano, inauguró este año también una interesante propuesta que vino para completar el renovado espacio cultural en el que se ha convertido este antiguo monasterio. Cafe BA ofrece postres y se destacan los cheese cake, rogel, muffins, galletas de avena y chocolate, además de ofrecer pizzas, hamburguesas y variedda de jugos.
Espacios renovados, con un halo de misterio, buen gusto, historia y puertas abiertas para escaparse del ruido y del cemento en una sabrosa pausa.