Llega el verano y vuelven clásicos como el clericó, ideal para festejos entre amigos. Esta bebida tiene como protagonista a las frutas y al vino, aunque también va muy bien con sidra o champagne.
Se prepara en jarras y se bebe bien frío. En Argentina es uno de los tragos más tradicionales y refrescantes y está muy asociado también a las fiestas de fin de año.
Los primeros clericó -también conocidos como ponches- tuvieron su origen en Inglaterra con ingredientes básicos como vino, té, azúcar, especias como canela y frutas de estación. En Europa los adoptaron como símbolo de Navidadpor lo cual se sirven calientes.Por estas latitudes, en cambio, se toman bien fríos y son sumamente refrescantes, ideales para acompañar con bocados ligeros y comida fría.
Existen numerosas formas de preparación de esta fresca bebida, pero todo Clericó requiere de tres ingredientes básicos: frutas cortadas en cubos, azúcar y vino. El vino puede ser blanco o rosado, sidra, cava o champagne, lo ideal es usar frutas de estación no muy maduras y agregarle poca azúcar ya que la fruta aporta el dulzor natural. También se pueden añadir unas hojitas de menta fresca que dan un toque de sabor y agregan color.
Se presenta en jarras con alguna cuchara larga o removedor y se puede servir en vaso largo o copas grandes. Si se realiza con vino se suguiere usar un blanco dulce o algún burbujeante de los antes mencionados. Van muy bien las manzanas, bananas, naranjas, duraznos, ananá, kiwi, uvas, frutos rojos como cerezas y frutillas. Es importante mantener simetría en los cubos de fruta y verterlos totalmente peladas realzando el sabor y potenciando el mix entre el sólido y líquido.
Este verano es una muy buena opción para tomar con amigos y en eventos sociales. De fácil prepacación y exquisita aceptación.