Una combinación de impronta intercultural; marroquí, sudamericano, rioplatense, ecléctico y con gran influencia del artista Carlos Páez Vilaró, padre de uno de los dueños de este lugar único en Buenos Aires.
Una mezcla exitosa que hace más de cuatro años se convirtió en un espacio único en donde el arte, la coctelería y las tapas se funden en una excelente combinación, un lugar distinto en la voluminsa oferta gastronómica de Palermo.
Hoy se sienten en su mejor versión, según palabras del encargado, Agustín Pastor, quien además asegura que hay público habitué que se enamoró del lugar desde el primer momento.
Rey de Copas intenta formar una comunidad con tragos que desfían a los más clásicos. Ahora está muy de moda las cervecerías, sin embargo la moda de la coctelería es cíclica y tiene sus adeptos de siempre.
Por el local, que es una casona antigua remodelada con ambientes llenos de persobalidad y encanto, han pasado importantes bartenders y todos han dejado una impronta al punto de ahora estar reformulando la carta e incluir a cada uno de los tragos más representativos de cada bartender.
Entre los más solicitados están las variantes de Gin Tonic, Bloody Mary y Rayo Verde, este último todo un sello de la casa que rememora a Carlos Páez Vilaró y a su famosa Casa Pueblo de Uruguay donde el efecto visual de ciertos atardeceres ha llegado a compararse con la aurora boreal. Este trago lleva vodka, almibar, cardamomo, cedrón, limón , romero y tónica, siendo una opción muy acertada para verano.
Además de la destacada coctelería, las tapas son variadas y la gastronomía acompaña muy bien a los tragos. Se trata de una cocina propia en equipo en el que trabajan a la par y en la que se refleja, al igual que en el ambiente, una influencia multiétnica en la carta.