Es un ingrediente muy presente en nuestras cocinas. Aunque en las tiendas de alimentación podemos encontrarla durante todo el año, su temporada comprende los meses de abril a octubre. La “Allium cepa”, conocida como cebolla, es una planta bienal;dentro de la familia “allium” podemos encontrar diferentes tipos de cebollas cultivadas para la alimentación: las “allium fistulosum” más conocidas como “cebolletas”; las “allium ascalonicum” (la charlota o echalote) y las “allium schoenoprasum” conocidas comúnmente como “cebollinos”. En posteriores artículos os hablaremos de cada una de ellas y de sus aplicaciones en la cocina.
El origen de la cebolla se sitúa en Asia Occidental y en países del Norte de África. Su cultivo data de más de 5.000 años tanto para su aplicación en la cocina como en tratamientos medicinales. En Europa su cultivo fue introducido por griegos y romanos, inicialmente en los países del Mediterráneo para después extenderse al resto de países del continente.
En la actualidad, los países con mayor índice de producción son: China, la India, Estados Unidos e Irán.
Además de su importancia en la elaboración de infinidad de platos, la cebolla tiene interesantes propiedades y beneficios para la salud. Tanto es así que en muchos países es utilizada como remedio medicinal.
En concreto, la cebolla:
-Es beneficiosa para afecciones respiratorias
-Protege al organismo de enfermedades infecciosas
-Mejora la circulación, por lo tanto, reduce las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares
-Es una hortaliza diurética
-Regula el nivel de azúcar en sangre
-Favorece el tránsito intestinal
-Fortalece los huesos
-Favorece el funcionamiento del sistema nervioso
-Es beneficiosa para mantener en buen estado la piel y el pelo (eliminando la caspa y fortaleciendo el folículo piloso)
A la hora de comprar y conservar el alimento, recomendamos escoger de entre los ejemplares que no tengan brotes y tengan en buen estado la piel.
Para conservarla, lo mejor es guardar la cebolla en un lugar seco donde no haya luz directa.