El jengibre (también conocido como kion o quion) es el tallo subterráneo (rizoma) de una planta perteneciente al género de las Zingiberáceas. Su origen se sitúa en Oriente, siendo China el país con un mayor índice de producción.
En la actualidad es un producto muy apreciado por sus aplicaciones en la cocina. Se emplea en la preparación de sopas, salsas, platos con carne o marisco, postres o bebidas.
En lo que respecta a sus características organolépticas es un producto que destaca por su fuerte sabor (a picante) y por su destacado aroma.
En la cocina oriental, suele utilizarse jengibre fresco para potenciar el sabor de platos de carne o marisco. Sin embargo, en la cocina occidental es común utilizar el jengibre seco y en polvo para adobos, guisos, dulces, infusiones o como condimento junto con otras especias. Os recomendamos nuestra receta de limonada con menta y jengibre, refrescante y muy saludable.
Podemos comprar el jengibre (en fresco, polvo o seco) en tiendas de alimentación especializadas en productos orientales o en herbolarios. En el caso de utilizar jengibre fresco, lo recomendable es rallar lo que necesitemos y lo sobrante podremos conservarlo en la nevera envuelto en papel de aluminio.
Por otra parte, y con respecto al jengibre seco, el producto debe conservarse en un lugar fresco y oscuro envuelto o en un recipiente cerrado. Para su utilización lo normal es pelar su raíz y machacarla o molerla.
Por último, el jengibre en polvo debe conservarse en un lugar oscuro. Lo recomendable es consumirlo en pequeñas cantidades debido a su fuerte sabor.
Tanto si compramos jengibre fresco como seco o en polvo, lo recomendable es consumirlo en un plazo que no supere los tres meses.
Además de sus interesantes aplicaciones en la cocina, el jengibre es un producto muy valorado para el cuidado de nuestra salud. Entre sus beneficios destacan que:
- es beneficioso para dolores de estómago
- facilita el funcionamiento del aparato digestivo
- previene de enfermedades cardiovasculares
- reduce el nivel de estrés
- mejora la circulación
- fortalece el sistema inmunológico
- es antiinflamatorio