Catalino, un restaurant sustentable y de cocina social, está ubicado en el barrio de Colegiales, este pequeño y cuidado establecimiento ofrece platos realizados únicamente con alimentos agroecológicos.
Mariana Tejerina es chef e ideóloga de Catalino. Mariana es cocinera profesional hace 18 años, pero su primera gran experiencia fue aprendiendo de su mamá, Catalina. En los últimos años trabajó para chefs como Sébastien Fouillade en Topinambur, Isidoro Dillon en Soder, Antonio Soriano en Astor, entre otros. De su cabeza y corazón salen cada semana los platos únicos que le dan el alma a Catalino.
Raquel Tejerina es fundadora e ideóloga de Catalino. En este proyecto se conjugan sus tres grandes pasiones: la cocina que aprendió desde chiquita con su mamá, la escritura creativa que ha permitido que Catalino vuele conceptualmente hasta convertirse en algo con identidad propia, y la pasión social que la vinculó a proyectos por el trato igualitario hacia los animales. Sus recorridos profesional y personal hasta hoy la trajeron a la puerta de este humilde y gran sueño.
Desde gastronomia.com hablamos con ellas para saber más de este espacio novedodo con un concepto que se anticipa a una tendencia que podría seguir creciendo.
¿Cómo definís a Catalino y que significa cocina sincera?
Catalino es un restaurante que apuesta por la soberania alimentaria. Un lugar donde valoramos y respetamos la tierra, sus productos y sus productores, y nos hacemos preguntas sobre lo que comemos y cómo llegó a nuestro plato.
Buscamos ser un puente entre el productor y el comensal. Creemos en la agroecología como único camino para la alimentación de hoy y mañana.
"Cocina Sincera" hace referencia a que te contamos de dónde viene lo que estás comiendo: cuál es su origen, quién y cómo lo produjo.
¿Cómo nace esta idea? ¿Se aplica en otras ciudades o países?
Nace de una búsqueda personal de saber qué estamos comiendo y qué hay detrás de cada plato de comida. Por ejemplo: cómo vivió y murió el animal que comemos, quién y cómo cosechó el vegetal, qué le pasa al suelo después de esa cosecha, etc.
Mundialmente la tendencia es trabajar por fuera de lo que es el paquete industrial, volver al campo, llevar la ciudad al campo. También, apoyar al pequeño productor y aprovechar productos de estación. En definitiva, apuntar a la agroecologia como forma de vida saludable y sustentable para el medio ambiente.
¿Qué tipo de platos identifican al lugar?
No hay un plato que nos identifique exclusivamente, porque la carta es estacional y cambia cada 15 días. Lo que sí podemos decir es que nuestros platos respetan al producto, los sabores son naturales y la cocina trata de que predomine ese sabor original. Nuestros ingredientes son de todas partes del país y nuestra carta combina una impronta de autor con una esencia familiar.
¿Creen que lo que ustedes iniciaron puede convertirse en tendencia?
Estamos seguras de que el rumbo gastronómico mundial tiende a trabajar con productos de estación, volver a los orígenes, respetar la labor del productor. No creemos que solo tenga que ver con una tendencia sino también con el ciclo más sano, real y soberano del mundo que habitamos.