Este fin de semana he estado de ruta por el norte de Portugal. Siempre me maravilla lo desconocido que es en muchos sentidos nuestro país vecino, y que muy cerquita tenemos una riqueza cultural, paisajística y gastronómica que no desmerece formar parte de la península ibérica.
El domingo celebramos una comida familiar en un pueblito de costa con mucho encanto, llamado Vila Praia de Áncora. Justo en el paseo de la playa hay un restaurante que se llama Lirios Verdes, especialistas en pescados frescos y arroces.
El buen tiempo permitió que pudiéramos comer en la terraza a pocos metros del mar. La comida fue impecable; y el precio de risa!
Primero es obligación en Portugal tomar una sopa de lugumes o un caldo verde típico. Qué bien lo preparan en todas partes!
De primero tomamos algunos pescados; lubina a la brasa, sardinas asadas y bacalao al estilo de la casa, que era frito con patatas y cebolla. Todo espectacular y las raciones muy abundantes.
De segundo nos decantamos por la carne, y pedimos 2 raciones de cabrito asado y una de picanha. Todo acompañado por fantásticas guarniciones de patatas, ensaladas, arroces y feijoada (unos frijoles muy típicos de Portugal y Brasil que se cocinan con carne de cerdo).
De postre una crema de leche, que venía siendo como unas natillas suaves. Bebimos el vino blanco de la casa que era de la parte del Duero portuguesa. Toda esta comilona son al cual comimos 6 personas a reventar no salió por 110 euros, un regalo.
Os aconsejo también la ruta de los vinhos verdes por la zona; muchas bodegas se pueden visitar y son una maravilla. El norte de Portugal es un destino obligado para todos los que nos encanta la comida tradicional en donde lo más importante es la calidad del producto y respetar lo artesanal.
Escribir con la Boca Llena
Publicado por Pez Globo | 7 de agosto de 2014
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