Julieta Caruso volvió tras 13 años de trabajar en altas cocinas del mundo a su país, con una propuesta en la que puso su creatividad, su filosofía y la rica experiencia tras recorrer diferentes países. "Viajar te enseña a que hay muchas formas de ver la vida y la comida; lo que come cada país te habla mucho de su cultura y me encanta aprender de todo lo que hago" dice Julieta mientras nos muestra la renovada carta de Casa Cavia en la que el lazo con la literatura (semilla germinal del restaurante) y la comida es tan original como atractivo.
Julieta diseñó una carta que busca el valor de los productos de temporada, poder cambiar de carta cada vez que cambia el producto. "Inspirados en libros; los platos cuentan una historia. Lo importante es entender el concepto de Casa Cavia para darle sentido, si los platos los sacamos de contexto no tienen tanto sentido como si lo lees acompañado de un texto de Da Vinci que habla de la simpleza de las cosas en una época que era muy barroca; tenemos un plato que es tatin de tomates y es el sabor puro del tomate la técnica francesa clásica y es un plato bello por la historia que lo acompaña" cuenta la cocinera que encarna una nueva generación argentina.
Esta renovada manera de concebir el restaurante, en la que el factor sorpresa, la experiencia total por encima de otros factores, el producto de estación y la pasión por el detalle no es casual. Julieta Caruso ha trabajado largos años en Mugaritz junto a Andoni Aduriz y quedó huella de esa experiencia. "Vengo de un lugar donde nunca hablábamos de dar de comer, sino de experiencias, un lugar en el que te pasa de todo, bueno y malo. Te exige muchas cosas pero te retribuye, eso es lo que uno absorbe y quiere, para mí es una forma que funciona, adaptar eso a Argentina es dificil pero no imposible".
Aventurera y apasionada por su trabajo cuenta que entre 2014-2015 se fue a cocinar por Asia. No iba mostrando su currículum, simplemente retaba a que la prueben "No creo mucho en los papeles, creo en las personas, te tenés que adaptar a la cocina donde entras más allá de todo lo que puedas saber", asegura Julieta. Haciendo un balance, dice que ese recorrido por cocinas asiáticas fue uno de los mejores años de su vida "En Japón me enamoré de esa cocina, desarrollas otras partes que no sabes que tenés, cuando estas en situación en que falta una cosa (idioma) desarrollas otra y te podes entender muuy bien igual".
Con todo ese bagaje, la sencillez que la caracteriza, y la claridad del potencial de Argentina en cuanto a producto y a todo el camino que aún queda para aprovechar a esta tierra fértil, Julieta disfruta del presente. De esta nueva apuesta en una de las más lindas cocinas porteñas "Para mí los trabajos en equipo son los más enriquecedores y en Casa Cavia ese concepto esta a pleno. Incluso con la vajilla hubo una ceramista trabajando a la par de la confeccion de la nueva carta. Buscamos esa pasión por lo que se hace, buscamos producto y gente que quiera que hacer las cosas con un valor y amor que se refleje tanto en el resultado como en el camino".
